Deportista perfecto

Desde las bases fisiológicas, neuroanatomías y la plasticidad, debemos tener en cuenta que el cerebro es la parte fundamental del cuerpo humano y que en el paciente o en el deportistas un cerebro no lesionado cuenta con las mismas bases neurofisiológicas, neuroplasticas y potenciales de aprendizaje que un cerebro lesionado, partiendo de esto como terapeutas vamos a poder aplicar las herramientas correctas a nuestro deportista. Así pues a nivel neuronal encontramos que poseemos millones de neuronas pero a la hora de realizar una acción, existen las neuronas espejos que son las encargadas de activarse para ejecutar una acción, y dichas acciones y emociones de los demás las hacemos propias, esto quiere decir que al observar a una persona realizando un gesto, la corteza motora y el lóbulo parietal se activan.

De tal manera que se pone de manifiesto la imaginería motora y esto ayuda a realizar un mejor trabajo con el deportista, de tal forma que con una visión o técnica de imaginación mental, tanto el lóbulo parietal como la corteza motora se van activar de la misma forma, como si se estuviese realizando una acción motora real. Así pues en lo que a nosotros nos interesa en particular que es dolor, este lo entendemos desde una manera cognitiva y también lo sentimos.

La evidencia hace referencia en sus estudios que al colocarle al paciente o deportista, imágenes de dolor, se activaban las áreas de la corteza motora y el lóbulo parietal y las áreas relacionadas con el dolor y las neuronas espejo, pero esto puede llegar a disminuir en el mundo digital ya que va a ver mayor activación de esas neuronas si lo vemos en directo lo vivimos a que lo veamos en una imagen.

¿Pero qué ocurre en el cerebro ante una lesión deportiva?

Pues una de las mayores circunstancias que tenemos y que nos ocurren, es que existe una inhibición intracortical, la cual está relacionada con el córtex y el sistema nervioso, pero fundamentalmente con la fuerza y la debilidad muscular, por ende un nivel alto de inhibición corticoespinal es un factor neurofisiológico importante en la regulación de la generación de fuerza. Además de esto, puede ocurrir que se reduzcan las señales desde un mapa cerebral motor hacia los músculos correspondientes. Por lo tanto se relacionan con situaciones de mapas cerebrales motores borrosos y debilidad muscular, y esto puede afectar al deportista en su rendimiento deportivo y a nivel competitivo.

Cabe destacar que parte de la función de los mapas cerebrales borrosos esta, en que estos influyen directamente en el cerebro, cuando este no detecta adecuadamente los músculos, y al no tener los músculos adecuadamente localizados la función va a mermar, trayendo como consecuencia que nuestros gestos técnicos y la fuerza va a estar disminuida, provocando nuevamente una lesión.

Así encontramos a modo de ejemplo que si tenemos un deportista con una lesión del LCA, va a tener una alteración de los potenciales sensoriomotores, con falta de información somatosensorial, quiere decir que la actividad se va a ver alterada durante las tareas propioceptivas y por ende en la corteza frontal y somatosensorial. Disminuyendo la respuesta muscular, creando mayor demanda de memoria de trabajo durante las tareas funcionales y provocando dolor.

En consecuencia es importante saber y conocer desde nuestro sistema nervioso y nuestro cerebro, como trabajan y se relacionan cada parte de él, para poder lograr del deportista un óptimo rendimiento, tanto en el entrenamiento como en la competición, que si bien no se llega a tener el atleta perfecto, nos vamos a ir acercando a esa perfección cuando de manera global, se concientice que tratamos con personas y no con máquinas.