Inhibicion Muscular

En líneas generales, tenemos que saber que antes de que se instaure el dolor en nuestro cuerpo, este, está sufriendo ya inhibiciones musculares, estas inhibiciones darán lugar a alteraciones biomecánicas y alteraciones del control motor y sobre todo del movimiento, así pues que posterior a una lesión podemos tratar la inhibición muscular como una forma de huelga muscular, es decir, cuando el musculo deja de funcionar de forma correcta.

Sabemos que los músculos no trabajan solos, siempre trabajan en equipo y por ende, los músculos grandes suelen hacer todo el trabajo para lograr la movilidad del cuerpo, mientras que los pequeños tienen la función de dar más estabilidad y control.

En la mayoría de las patologías musculoesqueleticas, la inhibición muscular se puede llegar a considerar como un mecanismo de protección, ante un estímulo dañino, esa inhibición va a provocar dificultad para contraerse completamente en ausencia de un daño estructural de musculo o nervio. Suelen presentarse déficits bilaterales en lesión posterior a una cirugía unilateral, por ello la importancia de la fisioterapia para contrarrestar la inhibición antes de empezar la reeducación es necesaria.

Ahora bien desde la fisioterapia se deben tener en cuenta ciertos puntos, que están relacionados con los mecanismos fisiopatológicos, y a su vez con los mecanismos periféricos y centrales, entonces a nivel periférico vamos a encontrar el daño tisular asociada a diferentes procesos inflamatorios y sustancias nociceptivas, y esto se traduce a la falta de contracción muscular, pero si por el contrario no hay presencia de lesión a nivel periférico, pero la falla muscular sigue presente, estamos ante presencia de una alteración en los mecanismos centrales. En consecuencia de lo anterior, es lógico pensar en la utilización de terapias que incidan a este nivel.

Existen dos causas principales de la inhibición muscular:

  1. Dolor Crónico: cuando un musculo tiene dolor porque sufre alguna lesión o algo similar, el ejercicio se realiza de forma muy distinta a lo natural para poder realizar la ejecución, esto conlleva a que los músculos más débiles se cansen y nuestro mecanismo actué de manera antalgica.
  2. Postura forzada de forma constante: como ya señalamos, a raíz de un dolor se instaura una compensación no solo muscular si no también muscular, produciendo aún más daño.

Por consiguiente cuando aparece la inhibición neuromuscular, en los que se provocan alteraciones de la función motora y del movimiento como ya hemos visto, será la activación muscular la solución para atacar la causa y se ha comprobado que la aplicación de técnicas en fisioterapia, como terapia manual, crioterapia, TENS, NMES, el Tens resulto ser más eficaz, ya que actúa sobre los mecanismos inhibitorios pre-sinápticos (desinhibición). Y su efecto a largo plazo son más potentes que los inmediatos. La problemática recae, en aquellos pacientes que no mejoran con esta técnica y tienden a la cronicidad.

De lo anterior surge la utilización de las técnicas invasivas en fisioterapia en el abordaje, así pues como es sabido, existe la punción seca, la técnica EPI, y la neuromodulacion percutánea, las cuales trabajan mediante una aguja filiforme, de manera aislada o asociada a corriente eléctrica terapéutica, con el objetivo de diagnosticar y/o tratar el dolor musculoesqueletico y las alteraciones del movimiento.

Nuevamente la evidencia, nos habla de que a nivel invasivo se mejora la activación y función muscular con las técnicas ya mencionadas, pero existe la diferencia en cuanto a estimulación de musculo y de nervio, ya que el reclutamiento de fibras a nivel de musculo se hace superficial por la distancia entre el electrodo y las unidades motoras profundas, mientras que a nivel nervioso y mediante una aguja se llega a mayor reclutamiento motor.