Neuropedagogia y Movimiento

En este apartado hacemos referencia a una nueva área de la terapia física y del movimiento, el cual constituye uno de los aspectos centrales de nuestra vida y el desarrollo del cerebro está muy ligado a ello, y se trata entonces de trabajar el movimiento para mejorar la salud del paciente, lo fundamental radica en cómo enseñar el movimiento para que este sea eficiente, y esto se hace modificando el sistema nervioso central, pero como se realiza este proceso, para que lo enseñado sea terapéutico, efectivo y duradero.

Tenemos entonces el aprendizaje del  movimiento se realiza mediante 3 fases:

  1. Cuando inicias una nueva actividad o gesto.

Se presenta una falta de coordinación en los movimientos, necesitando una mayor capacidad de concentración.

  1. Cuando ya lo aprendiste y puedes hacerlo pero no es fluido, no es limpio.

Es decir, sabe realizar el movimiento, pero no lo realizas de manera fluida y limpia.

  1. Cuando el movimiento ya está perfeccionado.

A esto le llamamos que el movimiento ya está automatizado, es decir, que lo realizas sin pensar y te sale de forma natural.

Así pues tenemos que para que el sistema nervioso central trabaje de manera cómoda y tranquilo, debemos ubicarnos en la fase 3, pero la fase uno es la que más ofrece beneficios y mejoras físicas y el mayor desarrollo neural y neuromotor. Esto quiere decir que estamos aplicando de manera práctica los conocimientos de neurociencias, las respuestas del sistema nervioso central y de la mecánica.

De tal manera que cuando tenemos un paciente con alguna patología, debemos buscar la manera de enseñar el movimiento y esto se realiza de forma didáctica tratando de trasmitirle al paciente lo que queremos que él consiga, y la mejor manera es la dirección y explicarle como debe hacerlo. Eso debe hacerse cuando el terapeuta sabe realmente lo que va a enseñar y es allí donde se pone en funcionamiento las neuronas espejos, es decir, veo a otro moverse y mi sistema nervioso comienza a trabajar.

Ahora bien, tenemos un aspecto importante que es la autopercepción para el cambio, donde el paciente tiene que sentir lo que está mal y poner los medios para mejorarlo, eso se realiza mediante la autodirección de manos y palpación hecho por el propio paciente. Del mismo modo se debe realizar preguntas que estén relacionadas con el movimiento, la ubicación y el dolor.

En la evidencia científica encontramos que cuando enseñamos un movimiento, no es tanto las instrucciones que damos, sino lo que preguntamos lo que genera nuevas posibilidades en el sistema nervioso. Se trata entonces de preguntar no de indicar. Una cantidad importante de neurocientificos sostiene que la evolución del cerebro está asociada a la necesidad primaria de poder esquivar los riesgos que supone el realizar un mal movimiento.

Por esta razón debemos hacer consiente al paciente de que se tiene un cerebro por una única razón y esa es producir movimientos complejos y adaptables, por ello la compresión del movimiento es la compresión misma de gran parte de nuestro cerebro. Así tenemos que los núcleos y redes neuronales involucrados en el procesamiento del movimiento.

En conclusión la complejidad que para la neuropedagogia implica el movimiento, nace en la pregunta básica de como nuestro cerebro lo aprende, y la respuesta no es tan compleja, aprendemos hacer movimientos haciéndolos repitiéndolos una y otra vez.